lunes, 1 de junio de 2009

semana del día a día


Riego las plantas. Me he descuidado unos días. Suelo acordarme en las mañanas, cuando salgo a la terraza para comprobar que nada cambia, que los aviones siguen llegando, que las ambulancias suenan histéricas y que los paquis abren sus negocios pausadamente. Pero a esa hora no se deben regar, se queman las hojas, dicen los que saben de eso, o sea casi todo el mundo menos yo. Como jardinero infiel no me ganaría la vida, estamos de acuerdo. Así que esta noche, mientras David saborea un Macallan 10, riego las pantas concienzudamente. Por suerte, la mayoría son de la familia de los cactus que, si no me equivoco, sobreviven con poco alimento líquido. Quizás se conviertan en la mascota de los eco-pijos, ese nuevo grupito social que ha sustituido a los curas en el bello arte del sermón de la montaña. Como ya no vamos a misa, el tradicional lugar del regaño general, ahora nos toca aguantar la cháchara de los filósofos de la velocidad variable y los contáiners de colores. Eso sí, no dejemos de comprar coches que sino se hunde el barco. Como antes, prefiero ser del bando de los pecadores y arrepentirme el día antes del juicio final. Ni varío la velocidad, ni reciclo el cartón ni me compro un coche. Y tan tranquilo. Hablando de cactus, David me cuenta que si los colocas al lado de la computadora, estos absorven las radiaciones dañinas que todo aparato electrónico genera. Tendré que probarlo ahora que con el Primavera Sound llegó el buen tiempo, por fin. Tal vez se lo trajo Neil Young en su maleta. Tremendo concierto. Honestidad brutal. Puro rock'n'roll. Calorcito pre-veraniego que nos irá muy bien para soportar las pequeñas humillaciones del día a día. A propósito de esto, termino de leer "La economía no existe", de Antonio Baños. Un libelo contra la econocracia o una imprescindible lectura que combina erudicción, buen humor y mala leche a partes iguales. Para darlo a conocer, el bueno de Antonio, con la complicidad de Andrés Duque, se ha despachado con un falso "celebrities" de uno de los personajes mediéticos del año, Leopoldo Abadía.
http://www.youtube.com/watch?v=r4qFoEWZcOk
He disfrutado mucho con esta lectura. Lo he leído en varias mañanas, después del desayuno y poco antes de salir para la oficina, mientras, nerviosa, Carcelona se levanta de la cama y afronta otro previsible día en el paraíso.

"El día a día es el reset de la inteligencia. Como señala Giorgio Agamben (en Infancia e historia. Ensayo sobre la destrucción de la experiencia), el hombre de hoy "vuelve por la noche a su casa extenuado por un fárrago de acontecimientos -divertidos o tediosos, insólitos o comunes, atroces o placenteros- sin que ninguno de ellos se haya convertido en experiencia. Esa incapacidad para traducirse en experiencia es lo que vuelve hoy como nunca antes la existencia cotidiana". El acontecimiento desprovisto del valor de experiencia se convierte en "el día a día". "La gente se levanta preguntándose por el día a día" nos dicen en la tele. Bueno, eso es lo que creen que pensamos. Hay gente que se levanta preguntándose "cómo es posible" y, otra, exclamando "han vuelto a hacerlo". Sin embargo, las recomendaciones que nos dan a nosotros, los siervos, son que miremos el día a día, pues lo otro son teologías que sólo interesan a la noblesse."

"La economía, como toda religión, no admite disidencias. Es pura literalidad a la vez que pura metáfora.En nuestra civilización se admite la libertad de cultos pero no se permite que alguien no crea en la economía. La economía es lo real, lo tangible. Lo razonable y, a la vez, lo sagrado. Para que la tierra gire es tan imprescindible la existencia del índice Nikkei como antes lo fuera la bondad de Isis. La nuestra, como la egipcia, es una civilización profundamente piadosa. Es extremadamente difícil encontrar a un solo individuo que no crea, de alguna manera, en el poder salvífico del dinero. En la bondad objetiva de la riqueza o la prosperidad. En la fuerza ineludible del desarrollo. Pocos hombres no se aterrorizan cuando los sumos sacerdotes nos amenazan con una recesión.Los romanos, que eran más tontos que los egipcios, observaban el hígado de un animal para saber si un día sería fasto o nefasto. Hoy en día, nos parece absurdo y aleatorio ese ritual, y sin embargo hay muchos que miran a diario la cotización de la bolsa, o esperan que Jean-Claude Trichet se ponga en trance y dicte el nuevo tipo de interés del euro, esperando hallar en esos signos algún indicio de prosperidad futura.Se me dirá que un hígado de oca no es lo mismo que la cotización de Telefónica. Sí, es lo mismo. La cotización tiene tanto de aleatorio y tanto de profecía autocumplida como un hígado seccionado en el foro."

7 comentarios:

  1. Tengo un profesor, que exhibe impúdico ese tipo de cinismo tan bonaerense, y nos hace pensar permanentemente en lo absurdas de las teleologías y sacralizaciones "del día a día" con que nos "evangeliza" el orden mundial:por ejemplo la economía personalizada ("los mercados reaccionaron"; "los mercados se desplomaron").

    Absurdamente me pregunto ¿los mercados sienten? ¿tienen además actos reflejos inherentes a un ser orgánico?...no sólo sienten sino que además parecen ser bipolares, histéricos a ratos y quien sabe más cuantas patologías y disociaciones mentales más demuestran que quizá no hemos visto en aún caso humano alguno.

    Lo cual no deja muy bien librada a la contingencia, convertida en necesidad "del día a día" por el viejo barbudo alemán que nos vendió la moto del "materialismo histórico". ¿Qué diferencia hay entre un astrónomo, un chamán y su cosmogonía y la de la "pura, racional, ascéptica, infalibe" ciencia social occidental?...sí, los tres puntos suspensivos son la respuesta

    Me extrañé de no ver convertido en retén a tu terruño en el título. Luego entre líneas, inteligentemente atrincherada, esperaba la sorpresa para saltarle encima al lector: Barna con eterna vocación de presidio, según la ves.

    H.

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  2. http://www.sinsemillast.com/modules.php?name=News&file=article&sid=125
    asi sabras cuando regar
    delicioso texto
    gracias
    A.

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  3. Del blog amigo http://venezuelajonron2.blogspot.com/
    saco esta curiosa historia sobre bancos y socialismo...

    Resulta que una entidad financiera de renombre internacional revende su filial bancaria al gobierno de un país que se autoproclama socialista, como si el socialismo fuese un peinado o una tribu juvenil. Lo revende, porque lo compró en subasta a un gobierno anterior, por más de 800 millones de dólares más que la compra que realizó una década atrás. Ambas partes declaran que las negociaciones fueron "cordiales" y se muestran "satisfechos" con la conclusión.

    El Gobierno se queda con el tercer banco del país. El banco consigue no sólo que le paguen en efectivo (tres cuotas: julio, octubre y diciembre), y no en bonos como había amenazado el presidente del país en una de sus alocuciones televisivas; si no que, además, obtiene el visto bueno de ese mismo gobierno para repatriar beneficios en divisas con cargo al sistema de control cambiario existente en el país de peinado socialista (algo por lo que cada año pelean todas las empresas extranjeras presentes en el país, no siempre con suerte). Es decir, sacar los dividendos del 2008 al tipo de cambio oficial (se consiguen así euros casi tres veces más baratos que en el mercado paralelo).

    A algunos peluqueros socialistas, al escuchar la jugada, se les erizarán los pelos del cogote. También deberían saber aquellos que peinan el liberalismo de mercado, que el banco en cuestión obtuvo el año pasado en el país de peinado socialista un 77 por ciento más de beneficios que en el año anterior. Su gran competidor, otro banco de capital español de peinado parecido, consiguió unos porcentajes similares. Ninguno de los bancos antes mencionados han obtenido un crecimiento semejante en ninguno de los otros países del continente americano en el que también están presentes (de hecho, en alguno de ellos se han estacando debido a la crisis internacional).

    O sea que el país de peinado socialista parece un lucrativo negocio para las malvadas entidades financieras de peinado liberal. O lo que es lo mismo: cuando sea mayor, y peine canas liberales quiero tener como socio de negocios un gobierno con un peinado así de socialista. Ya saben, cuestión de peinados. Yo, como todavía tengo flequillo, lo utilizo como cortina (de pelo) y esbozo una tímida sonrisa en la que, si pudieran verla, la incredulidad se confundiría con el sarcasmo.

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  4. Con este post me entran ganas de volver a comentar así que aprovecho este pequeño episodio de concentración.
    Nunca mejor puesto aquéllo del sermón de la montaña que nos dan los eco apóstoles cada vez que pueden. Como si nuestra formación Marista no nos hubiese cargado de numerosas culpas ahora tenemos que sentirnos poco menos que unos sociópatas cada vez que tiramos una botella de plástico a la basura.. Bah

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  5. (de)formación, (mal)formación... Marista

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  6. qué bueno que volviste che!
    "Lo único que los Maristas consiguieron fue volverme ateo antes de tiempo" Enrique VIla-Matas

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  7. Ay por favor querido correligionario, qué frase tan buena de Vila-Matas!

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